“Un día cualquiera no sabes qué hora es,
Te acuestas a mi lado sin saber por qué.
Las calles mojadas te han visto crecer
Y tú en tu corazón estás llorando otra vez.

Me asomo a la ventana eres la chica de ayer,
Jugando con las flores en mi jardín”

Su letra no es nada del otro mundo y técnicamente no debería formar parte de la década —fue compuesta en 1977 y publicada en 1980—, pero sin embargo, con el paso de los años se ha convertido en el himno por aclamación de los años 80. Ha sido versionada decenas de veces y extraño es el lugar o recopilación donde se escuchen éxitos del pop español de la época y no ocupe un lugar destacado.

Porque, de los cientos de éxitos musicales que surgieron en esa década —y muchos de ellos ya pasaron por aquí— ninguno representa tan bien el recuerdo romántico e idealizado de esa época como la composición del desaparecido Antonio Vega que, tras con tan sólo una canción logró marcar de por vida a toda una generación.

Por eso, y porque ninguna otra canción define tan bien lo que fueron los años 80 es de total justicia —y no podría haber sido de otra forma—cerrar el apartado musical de esta bitácora con unos versos que son desde 1980 un auténtico himno capaz de emocionarnos una y otra vez. «Me asomo a la ventana eres la chica de ayer, jugando con las flores en mi jardín. Demasiado tarde para comprender, chica vete a tu casa no podemos jugar».

 

Nacha Pop, Chica de ayer, 1980.